El Centro Comercial e Industrial de Lavalleja entregó a Primaria 160 ejemplares del Libro “Aprendiendo a cooperar”.

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En la mañana del lunes en el Centro Comercial e Industrial de Lavalleja (CCIL), se llevo a cabo una conferencia de prensa donde se realizó la entrega de 160 ejemplares del Libro “Aprendiendo a cooperar” a la Inspección de Educación Primaria de Lavalleja. En el lugar se hicieron presentes el Dr. Tomás Casas presidente del CCIL y Lucila Moreira en representación de la Inspección Departamental.

En primera instancia Casas dijo “nosotros en oportunidad de una reunión y charla que se desarrolló en el CCIL en el marco del apoyo a los programas que tiene el Ministerio de Industria, se desarrolló un ciclo de charlas de INACOOP, que es el Instituto Nacional Del Cooperativismo que funciona dentro del ministerio y que consta con el apoyo total nuestro en todo a lo que refiere a sus actividades. Esta Directiva del Centro Comercial está absolutamente convencida que el futuro comercial e industrial del país pasa por el cooperativismo, el tema es que el Uruguay ha tenido buenas y malas experiencias en torno al cooperativismo y de las malas hemos entendido quienes hemos discutido este tema que es porque no hay una formación adecuada para cooperar”.

Posteriormente Casas dijo “hay un libro editado para enseñarle a los niños en niveles superiores en Educación Primaria que los introduce en lo que es el cooperativismo, nosotros cuando vimos estos libros dijimos `queremos´, INACOOP dispone de este material para poderlo dirigir hacia donde crean más oportuno y sin duda consideramos más oportuno proponérselo a la escuela pública. Así fue que días pasados tuvimos una inspección con la Inspectora Departamental donde le presentamos un ejemplar del libro para que ellos lo vieran en el marco que correspondiera y nos dijeran si lo consideraban oportuno desde el punto de vista didáctico. Días después nos expresaron de su interés por este libro y hoy estamos entregando 160 ejemplares que eran los que necesitaban”.

Seguidamente Lucila Moreira expresó su agradecimiento “al CCIL por esta iniciativa de gran valor para la escuela pública, estamos convencidos también de que en la medida que desde la infancia comencemos con la practica cooperativa a futuro podemos alcanzar algunos derechos que son indispensables para la vida, como el derecho al trabajo, como el derecho a la vivienda, como el derecho a la salud, entonces estamos retomando una práctica de enseñanza que sobre todo en el medio rural se desarrollo muchísimo en el Uruguay y hay escuelas que lo siguen manteniendo a las cooperativas como escuelas productivas”.

A su vez Moreira agregó “hay maestros que han trabajado muchísimo en este sentido, en el Departamento de Lavalleja se trabajo hace muchos años en forma muy entusiasta, esto está en el programa escolar, la practica cooperativa forma parte del programa escolar, por lo tanto este material que hoy el CCIL nos está haciendo entrega va a ser muy útil para renovar la propuesta para los niños del siglo XXI. El conjunto de inspectoras analizamos el contenido del material, vimos la calidad de las propuestas y después con la creatividad de cada maestro esto se puede multiplicar, se puede hacer más diverso y a la vez llegar a todos los niños. Es un material que va a llegar a los maestros de 4º, 5º y 6º de Lavalleja, un ejemplar para cada uno y eso va a guiar las actividades de enseñanza en torno a esto”.

Libro “Aprendiendo a cooperar”.

Todos los seres humanos tenemos necesidades que satisfacer.  Tenemos que alimentarnos, abrigarnos, jugar, divertirnos con nuestros amigos y amigas. Las personas, desde que nacemos y aún antes de nacer, estamos impulsadas por un instinto poderoso: el de conservación. El ser humano tiene además una capacidad: la de crear instrumentos  y formas de hacer lo que necesita, que le permitan no sólo la conservación, sino también el desarrollo y mejoramiento.

Esto se demuestra con el hecho de que los animales (las abejas, por ejemplo) siguen viviendo de la misma forma que lo hicieron en los tiempos prehistóricos, sujetos solamente a los cambios que les genera la evolución natural, en tanto que el ser humano ha superado considerablemente por sí mismo, el estado primitivo para llegar a organizaciones sociales donde la cultura, la técnica y demás valores de la humanidad, permiten una forma de vida que a pesar de sus injusticias y desigualdades ha mejorado mucho las condiciones en que se movieron nuestros antepasados.

El ser humano no puede vivir aislado. Si bien una especie de “egoísmo primitivo” lo mueve a pensar en su propia existencia, encuentra que enfrenta con mayor éxito la satisfacción de sus necesidades y la atención de su defensa personal ante los peligros que le rodean, si se asocia a otro u otras con el fin de protegerse mutuamente.

Esas aspiraciones y necesidades básicas han determinado la formación de grupos. Del pequeño grupo original, la familia, se pasa a la tribu, de la tribu a la agrupación de familias, a la comunidad y así sucesivamente hasta llegar a la compleja sociedad actual. En cuanto el ser humano convive con otros, es decir, en cuanto forma una sociedad, actúa en forma distinta de cómo podría hacerlo aisladamente, conserva su individualidad como persona, pero adquiere compromisos con respecto a los demás; tiende a la satisfacción de sus propias necesidades, pero encuentra cierto límite en las necesidades de los otros; conserva su libertad individual, pero se ve influido por la libertad de sus semejantes.

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